viernes, 19 de octubre de 2012

La educación en Finlandia, una educación diferente.

La educación en Finlandia, una educación diferente.


Yo me he informado sobre el sistema educativo finlandés, ya que es el modelo a imitar por muchos países.  El valor que concede la sociedad finlandesa a su enseñanza es tan elevado que la profesión de maestro es una de las más demandadas. La flexibilidad, gratuidad del sistema e igualdad de oportunidades también contribuyen al éxito en PISA.

La explicación reside en que respeto y educación son dos palabras que desde hace siglos caminan de la mano en este diminuto país nórdico, con cerca de un millón menos de habitantes que la Comunidad de Madrid. En el siglo XIX un ciudadano no podía casarse en Finlandia si no sabía leer. Esa obligación estaba influenciada por unos fuertes principios luteranos que establecían que todos los cristianos debían ser capaces de leer la palabra de Dios y que fue el punto de partida de un sistema educativo que no ha hecho otra cosa que cosechar éxitos.

 Algunos de los factores que explican el éxito finlandés en educación descubren la fórmula mágica que durante los últimos años persiguen el resto de países. Y parece ser que no es uno sino varios los secretos que hacen posible su exitoso sistema educativo. Éstos abarcan desde los valores de la sociedad, su excelente red de bibliotecas, el compromiso de los profesores, la flexibilidad del currículum, a la gratuidad de un sistema educativo en el que no hay que pagar ni por el dentista. Intentar imitar alguna de estas características por separado no tendría mucho sentido, el éxito sólo puede ser explicado por la sinergia de diferentes factores.

A una educación muy valorada le sigue una profesión de Magisterio altamente cualificada, el segundo de sus secretos. En Finlandia a todos los profesores se les exige licenciatura y su formación incluye varios periodos de enseñanza práctica, lo que convierte la profesión de maestro en una ocupación altamente reconocida y de elección popular que permite a las universidades la posibilidad de elegir sólo a los estudiantes más cualificados.

Con buenos maestros e interés por la enseñanza, disponer hasta del cuaderno y de todos los materiales gratis, no deja a los finlandeses excusa para no ir al colegio. En Finlandia que los niños estudien no les cuesta ni un euro a sus padres y ese es el tercero de sus secretos. La enseñanza obligatoria es gratuita durante sus nueve años de duración, pero además incluye los materiales escolares, la comida, el transporte y hasta la asistencia sanitaria.

A eso hay que añadirle un sistema educativo muy flexible que permite organizar la enseñanza de la forma más adecuada en cada zona, concede a los docentes amplias responsabilidades pedagógicas derivadas de su gran papel participativo y les autoriza a elegir junto al colegio el material y métodos de enseñanza preferible para sus alumnos.

Pero no sólo los docentes colaboran en el sistema educativo, otra de las peculiaridades de su enseñanza es la amplia interacción entre profesores y estudiantes y la igualdad de oportunidades que se ofrece a todos los niños. Fuera de las escuelas hay una exitosa red de bibliotecas que permite obtener los libros de manera completamente gratuita. Todo un conjunto de factores que contribuyen al respeto de la sociedad por su Educación o viceversa.


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