La
Educación Prohibida es una película documental estrenada el 13 de agosto, en
todo el mundo, que se propone cuestionar las lógicas de la escolarización
moderna y la forma de entender la educación, visibilizando experiencias
educativas diferentes, no convencionales que plantean la necesidad de un nuevo
paradigma educativo.
Soy
consciente que este espacio no tiene como finalidad informarles sobre mis
viajes o mis actividades profesionales, aunque en alguna ocasión ya hemos hecho
referencia a ellos, sino que, especialmente, pretende reflexionar sobre la
educación. Como se dice más arriba no es posible ver la realidad sin
herramientas que nos ayuden a ello. La película que acaba de ponerse en
circulación, seguro, va a llegar a todos los rincones del mundo, y nos va dar
luz sobre una realidad educativa más frecuente de lo que pudiera pensarse. Y
desde aquí queremos contribuir a su difusión, pues nada como ver esta película
para reflexionar sobre lo que debe ser la educación.
En
algún medio encontré este texto que resume muy bien lo que es la película.
La
Educación Prohibida es un proyecto realizado por jóvenes que partieron desde la
visión del quienes aprenden y se embarcaron en una investigación que cubre 8
países realizando entrevistas a más de 90 educadores de propuestas educativas
alternativas. La película fue financiada colectivamente gracias a cientos de
coproductores y tiene licencias libres que permiten y alientan su copia y
reproducción. La Educación Prohibida se propone alimentar y disparar un debate
reflexión social acerca de las bases que sostienen la escuela, promoviendo el
desarrollo de una educación integral centrada en el amor, el respeto, la
libertad y el aprendizaje. La escuela ha cumplido ya más de 200 años de
existencia y es aun considerada la principal forma de acceso a la educación.
Hoy en día, la escuela y la educación son conceptos ampliamente discutidos en
foros académicos, políticas públicas, instituciones educativas, medios de
comunicación y espacios de la sociedad civil. Desde su origen, la institución
escolar ha estado caracterizada por estructuras y prácticas que hoy se
consideran mayormente obsoletas y anacrónicas. Decimos que no acompañan las
necesidades del Siglo XXI. Su principal falencia -error al asegurar algo,
quiebra- se encuentra en un diseño que no considera la naturaleza del
aprendizaje, la libertad de elección o la importancia que tienen el amor y los
vínculos humanos en el desarrollo individual y colectivo.
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